Pens, pins, puks y polónias
Esta vez los muy censores se cebaron con mi lascivia y con la promiscuidad de mi pen. Fruto de mi insistencia en prolongar los retozos con Morfeo mientras trataba infructuosamente de acallar los bramidos del obediente Mancuentro (mi aliado para no sumirme eternamente en el mundo de los sueños) sin conseguir atinar ni una tecla, me vi abocada a mi primer enfrentamiento con el temible y fundamentalista ejército de los PINs. Los puritanos numéricos se ensañaron con mi pobre Mancuentro y lo inabilitaron durante más de 20horas. Todo por considerar que mi PIN onírico no era lo suficientemente ortodoxo para los criterios de Timofónica (total, numéro arriba, número abajo...tampoco es para ponerse así). Sin embargo, lo peor aún estaba por llegar. Los PIN me parecieron inocentes mariposillas al lado de sus superiores. El infierno real se escondía detrás de los PUKs, tribu salvaje y despiadada donde las haya, cuyos códigos vigilan unas feroces teleoperadoras que cual Esfinge te van planteando una serie de enigmas de creciente dificultad ("Por favor, ahora póngase el dedo del pie en la nariz, contenga la respiración y lea su código de barras umbilical en rúnico para que podamos identificarle") y cuyo único objetivo es desmoralizarte en tu afán de rescatar a tu tullido Mancuentro o tu conexión ADSL o tu router, hay para todos. Tras una hora y media de contorsionismos varios y un interminable recital de improperios impronunciados hacia las teleoperadoras, salí exitosa de la misión.
Pero la Inquisición cibernética no descansa y pocas horas después hubo que ingresar de urgencia al pobre pensito, infectadísimo de una Enfermedad de Transmisión Virtxual (ETV), que amenazaba con cargarse mi trabajo de las dos últimas semanas. Y es que claro, el pensito araliano, como casitodos los pens, tiene síndrome de marinero faldón y no hay nada que le ponga más que ir de puerto en puerto sacando su cabezal de paseo. Así después coge lo que coge. Desgraciadamente, en esta ocasión, pese a recuperar el trabajo de las dos últimas semanas, los chistosos hados se llevaron como tributo al mundo de "lo que algún día existió" dos años de trabajos, correspondencia y fotografías. Así, por que les dio la gana. Y Arale con cara de boba. Sniff.
En fins, compartidas las penas recientes, comunico que continuaré desapareguda unas semanetas més. Retorno a la ciudad de los camacus a meterme hasta el cuello en una macropartida de rol al ajedrez global. Más información a mi regreso, si sobrevivo a eso de ir de traje y hablar lenguas heréticas. Mientras tanto, para aplacar los efectos del bombardeo mediático que se avecina con la nueva nena real, os dejo un par de revulsivos.
Y los que estén por Santiago y tengan ganas de caña, mañana a las 20h podrán ver a cuatro monstruos del metal recién llegados de su gira europea dándolo todo con sus nuevos temas en el TNT (Moucho, ya te avisaré cuando avancen hacia el norte!).