Las estatuas también mueren

Cuando los hombres mueren entran en la Historia,
Cuando las estatuas mueren entran en esta botánica de la muerte que nosotros llamamos la Cultura.

En mis primeras y únicas incursiones a grandes museos como el Louvre o el Metropolitan me sentí muy mal, sobretodo al principio. No fui capaz de verle el atractivo a esas macrocolecciones de arte egipcio y africano que se exhiben con orgullo de cazador, como esas monstruosas cabezas inertes que tanto fascinaban a Jacinto Esteva. Llamadme maniática, pero ante esos fragmentos de templos egipcios reconstruidos piedra a piedra al otro lado del océano sólo me venía la palabra expolio a la cabeza. Intentaba imaginarme visitando castros reconstruidos en Jartúm y me daba la risa. Qué jodidamente hipócritas somos.
Lo mismo con las ONGs y las misiones, ahora Arabia Saudí (la de los Saúd, prototipo de líderes del medioevo, amiguísimos de Juanca) nos quiere montar madrasas wahabitas aquí y hay accesos de pánico colectivo...cuántos años ya no sólo de evangelización sino de masacres perpetramos los mendas a costa de la "civilización" de herejes del mundo mundial? Que por mí ya se pueden perder todos los evangelizadores y comeorejas preilustrados en el desierto del Néguev (por eso de los residuos nucleares que oficialmente no existen) a revivir las Cruzadas y matarse entre ellos...
Bueno, el caso es que siguiendo con mis sesiones cinematográficas a costa del emule/muxidora di con otra pieza interesante de Marker, esta vez en colaboración con Resnais, concretamente la que da título a este post y de la que viene la cita. Partiendo de la profanación y descontextualización de las estatuas africanas en los museos occidentales, acaban por hacer una autopsia del racismo latente y el etnocentrismo de la sociedad francesa.
De postre os recomiendo la animación inspirada en el poema de Bukowski "The man with beautiful eyes"...es cortita (5 min) pero visualmente atractiva, con transiciones muy ocurrentes y un mensaje poco habitual pero certero: el estúpido afán de destrucción de aquello que nos puede hacer sombra o que nos recuerda nuestra propia mediocridad...