Yuri y su Orquesta de Cosmonautas
Como los frenadoles continúan dañando mi actividad neuronal ya de por sí limitada, os dejo aquí la entrevista más gratificante que tuve el placer de hacer durante mi estancia en Barcelona. Es un poco larga (y eso que tuve que cortarla bastante para la revista), porque hablo tanto con el Comandante como con el Comisario de la misión pero creo que merece la pena intentarlo...
YURI Y SU ORQUESTA DE COSMONAUTAS
El viaje es tan largo que no tiene regreso
Yuri Mijailichenko es el comandante de la políglota y heterogénea misión cosmonáutica que a las 23h de cada jueves noche en el Llantiol eleva a su público más allá de la razón y las palabras en un espectáculo indefinible en el que confluyen surrealismo, dadaísmo, música, teatro, poesía y mucha interactividad entre cosmonautas y público.
P: ¿Por qué te decidiste por el cosmos y no por el mundo subterráneo o las profundidades abisales?
R: El hecho de ser cosmonauta te permite estar en el famoso triángulo Dadá. Es decir, si marcamos nuestra realidad y existencia como una línea entre dos puntos el concepto o la postura del observador rozando lo objetivo es el tercer punto del triángulo. Porque es aconsejable alejarse para poder ver o abarcar con la vista lo que te guste abarcar. Por lo tanto el cosmonauta está más bien elevado a un concepto filosófico, alejándolo de un concepto profesional.
P: Tu primer disco se llamaba “La ceremonia del té” ¿qué hay exactamente entre tú y las geishas?
R: Mucho que ver. Primero, el té en Rusia es día y noche, la cercanía con China, India, la vecindad con Japón…piensa que es una cosa que influye mucho. La ceremonia del té es decisiva para cualquier tertulia. Ahora tienes que llamar antes de venir, como aquí, pero antes se hacía mucho eso de pasar a tomar el té. Hay toda una ceremonia para hacer un buen té, nada de bolsitas, es un paralelismo de la vida. Esa primera experiencia discográfica deja mucho que desear, pero pese a todo es un disco conceptual que refleja un camino, aunque creo que nadie lo entendió (risas). Además yo no escribo letras, yo sueño. También digo que no compongo, yo apunto. Y este disco son mis primero sueños en castellano.
P: ¿Cómo nació la misión de Cosmonautas?
R: Digamos que nació todo por sí mismo. Una vez el disco salió al mercado, la discográfica me pidió un directo para sustentar el disco, y empecé a buscar músicos. Acababa de salir de varias experiencias de “el cantante y cuatro sombras de fondo que no existen”. A mi me educaron en un colectivismo en el que, a pesar de que la masa haga el puño, todos tienen su nombre…ese punto existencialista de “todos existimos”. De ahí nació la idea de darle nombres y caras a los que se embarcan en la aventura de acompañarme, que además de ser excelentes músicos descubrieron en sí mismos un don de actores impresionantes. Les dije que al fin y al cabo todos somos cosmonautas por el hecho de que poblamos un planeta insignificante, si miramos al cielo y somos un poco conscientes de lo que nos rodea nos damos cuenta de que somos un pedrusco colgado entre dos imanes. Permanecemos en el Cosmos, somos seres terrestres pero también somos todos cosmonautas porque estamos realmente en un viaje tan largo que no tiene regreso…
P: ¿Cómo diste con el sistema operativo de la misión?
R: Buscando una nueva fórmula de directo que no fuera el odioso “Holaaa!!Cómo estamos hoy??”, dimos con este espectáculo, una especie de cabaret cósmico de groove eslavo. Soy gran admirador de la época dadaísta, del Zurich de 1915... esa fórmula de presentación, poco entendida entonces y olvidada hoy, resultó eficaz para expresarme…consigo meter cosas muy espesas en la oreja del ser humano con un lenguaje que parece absurdo y tonto.
P: ¿Qué es el groove eslavo?
R: Es un término que inventé para definir lo que hacemos. El ser humano eslavo, del que tengo bastante, es un precioso melodista, toma a Tchaikovsky o Mussorgski por ejemplo. Después de mi llegada aquí aprendí de la obsesión rítmica del sur, las influencias africanas, árabes, el mundo gitano, etc. Y haciendo un “revisionismo sano” (como diría Trotsky) del folklore eslavo, descubrí que le faltaba “duende”, no tenía “groove”. Así que es una fórmula de música popular rusa renovada.
P: En una entrevista comentabas que el nivel cultural estaba bajando en Rusia y Ucrania…
R: Piensa una cosa, ahora hacerte una operación, estudiar bien…todo vale dinero. Aquí se habla siempre de la URSS en términos de que no había libertades, pero a ver, aquí con una hipoteca a 30 años tampoco tienes libertad. Tienes que ser hipócrita con tu jefe para que no te eche, etc…así que es todo muy relativo. En todo caso, vengo de un país que tenía un 70% de población licenciada, y ver ahora en España a ucranianos doctorados o con dos carreras limpiando casas me duele.
P: Sin embargo, a nivel intelectual, tenéis una calidad difícilmente encontrable aquí…
R: Pero esto también tiene que ver con la manera de ser y trabajar. Es otro concepto de existencia. Aquí trabajar es fácil. Hay herramientas, tranquilidad, estabilidad. El trabajo es fácil, casi no sufres. Lo que es difícil es reflejarse en lo que uno hace y vivir de esto.
Hay mucho enchufismo, el dinero se dedica antes a causas políticas que artísticas.
P: ¿Y no te reclaman para proyectos desde Kiev o no quieres dejarte reclamar?
R: En Kiev no entienden lo que hago aquí. Allí hay muchos más teatros profesionales y más hábito en el público de asistir, como aquí los partidos del Barça. Es una necesidad creada dentro de ti, yo no puedo vivir una semana sin ir al teatro. Muchos amigos míos me preguntan qué hago aquí y yo les digo…vivo.
P: ¿Cual es concretamente la misión de comisario político?
R: Conserva la disciplina y se asegura del cumplimiento de la Doctrina. Aparte de eso toco un violín eléctrico de 5 cuerdas.
P: ¿Cuales son los principios fundamentales de la Doctrina?
R: El punto clave es la libertad, de todo tipo y el respeto a la libertad ajena. Nos fundamentamos en el respeto por la vida y por el mundo, esa pelotita azul minúscula. Insistimos además en la condición de pequeñitos de los seres humanos, sobre todo vistos desde fuera. Todos somos iguales o peores, y todos estamos en la pelotita.
P: ¿En qué punto se encuentra ahora la misión?
R: Como sabrás tuvimos serios problemas para pagar la factura de la luz de la MIR, cosa que no conseguimos. Luego continuamos teniendo problemas con el suministro eléctrico de la nave nodriza pero ya hemos encontrado un buen sistema, ahora utilizamos al público como base energética de la nave. Es un sistema simbiótico, ellos nos dan energía y nosotros se la devolvemos transformada.
P: ¿Y llega la toda la energía para satisfacer a nave y público?
R: Lo cierto es que aumentamos la cantidad de energía. Lo hacemos en base a la fórmula de Einstein, energía igual a masa por la velocidad de la luz al cuadrado, nosotros aumentamos la masa, ya que la velocidad de la luz es constante y así incrementamos la energía.
P: ¿Tenéis pensado continuar expandiendo la misión cosmonáutica?
R: A ver, ya estamos en expansión; desde el Big Bang, el universo está en constante expansión. Si además nos llaman de otras atmósferas, pues nos expandimos hacia donde quieran.
P: ¿Qué respuesta generáis los cosmonautas?
R: Alguna. No dejamos a nadie indiferente y eso es lo importante.
YURI Y SU ORQUESTA DE COSMONAUTAS
El viaje es tan largo que no tiene regreso
Perfil
Cosmonauta Yuri- Comandante de la misión
Oriundo de Kiev, su salida de la ya por entonces Ucrania, coincide con la entrada de los tanques soviéticos tras haberse formado allí en Artes Escénicas. En 1991 aterriza en Barcelona y tras distintos proyectos, se convierte en “el Gitanillo de Kiev”, guitarrista del Chaval de la Peca. Tras un largo viaje a la memoria genética de la España cañí y sus ritmos, publica un disco en solitario, “La ceremonia del té”. Poco más tarde se crea la misión de los Cosmonautas, de la que es comandante, labor que combina con sus composiciones para espectáculos en Kiev, su tarea de productor musical, padrino de la música brasileira en Barcelona y manager del Teatre Llantiol.
Yuri Mijailichenko es el comandante de la políglota y heterogénea misión cosmonáutica que a las 23h de cada jueves noche en el Llantiol eleva a su público más allá de la razón y las palabras en un espectáculo indefinible en el que confluyen surrealismo, dadaísmo, música, teatro, poesía y mucha interactividad entre cosmonautas y público.
P: ¿Por qué te decidiste por el cosmos y no por el mundo subterráneo o las profundidades abisales?
R: El hecho de ser cosmonauta te permite estar en el famoso triángulo Dadá. Es decir, si marcamos nuestra realidad y existencia como una línea entre dos puntos el concepto o la postura del observador rozando lo objetivo es el tercer punto del triángulo. Porque es aconsejable alejarse para poder ver o abarcar con la vista lo que te guste abarcar. Por lo tanto el cosmonauta está más bien elevado a un concepto filosófico, alejándolo de un concepto profesional.
P: Tu primer disco se llamaba “La ceremonia del té” ¿qué hay exactamente entre tú y las geishas?
R: Mucho que ver. Primero, el té en Rusia es día y noche, la cercanía con China, India, la vecindad con Japón…piensa que es una cosa que influye mucho. La ceremonia del té es decisiva para cualquier tertulia. Ahora tienes que llamar antes de venir, como aquí, pero antes se hacía mucho eso de pasar a tomar el té. Hay toda una ceremonia para hacer un buen té, nada de bolsitas, es un paralelismo de la vida. Esa primera experiencia discográfica deja mucho que desear, pero pese a todo es un disco conceptual que refleja un camino, aunque creo que nadie lo entendió (risas). Además yo no escribo letras, yo sueño. También digo que no compongo, yo apunto. Y este disco son mis primero sueños en castellano.
P: ¿Cómo nació la misión de Cosmonautas?
R: Digamos que nació todo por sí mismo. Una vez el disco salió al mercado, la discográfica me pidió un directo para sustentar el disco, y empecé a buscar músicos. Acababa de salir de varias experiencias de “el cantante y cuatro sombras de fondo que no existen”. A mi me educaron en un colectivismo en el que, a pesar de que la masa haga el puño, todos tienen su nombre…ese punto existencialista de “todos existimos”. De ahí nació la idea de darle nombres y caras a los que se embarcan en la aventura de acompañarme, que además de ser excelentes músicos descubrieron en sí mismos un don de actores impresionantes. Les dije que al fin y al cabo todos somos cosmonautas por el hecho de que poblamos un planeta insignificante, si miramos al cielo y somos un poco conscientes de lo que nos rodea nos damos cuenta de que somos un pedrusco colgado entre dos imanes. Permanecemos en el Cosmos, somos seres terrestres pero también somos todos cosmonautas porque estamos realmente en un viaje tan largo que no tiene regreso…
P: ¿Cómo diste con el sistema operativo de la misión?
R: Buscando una nueva fórmula de directo que no fuera el odioso “Holaaa!!Cómo estamos hoy??”, dimos con este espectáculo, una especie de cabaret cósmico de groove eslavo. Soy gran admirador de la época dadaísta, del Zurich de 1915... esa fórmula de presentación, poco entendida entonces y olvidada hoy, resultó eficaz para expresarme…consigo meter cosas muy espesas en la oreja del ser humano con un lenguaje que parece absurdo y tonto.
P: ¿Qué es el groove eslavo?
R: Es un término que inventé para definir lo que hacemos. El ser humano eslavo, del que tengo bastante, es un precioso melodista, toma a Tchaikovsky o Mussorgski por ejemplo. Después de mi llegada aquí aprendí de la obsesión rítmica del sur, las influencias africanas, árabes, el mundo gitano, etc. Y haciendo un “revisionismo sano” (como diría Trotsky) del folklore eslavo, descubrí que le faltaba “duende”, no tenía “groove”. Así que es una fórmula de música popular rusa renovada.
P: En una entrevista comentabas que el nivel cultural estaba bajando en Rusia y Ucrania…
R: Piensa una cosa, ahora hacerte una operación, estudiar bien…todo vale dinero. Aquí se habla siempre de la URSS en términos de que no había libertades, pero a ver, aquí con una hipoteca a 30 años tampoco tienes libertad. Tienes que ser hipócrita con tu jefe para que no te eche, etc…así que es todo muy relativo. En todo caso, vengo de un país que tenía un 70% de población licenciada, y ver ahora en España a ucranianos doctorados o con dos carreras limpiando casas me duele.
P: Sin embargo, a nivel intelectual, tenéis una calidad difícilmente encontrable aquí…
R: Pero esto también tiene que ver con la manera de ser y trabajar. Es otro concepto de existencia. Aquí trabajar es fácil. Hay herramientas, tranquilidad, estabilidad. El trabajo es fácil, casi no sufres. Lo que es difícil es reflejarse en lo que uno hace y vivir de esto.
Hay mucho enchufismo, el dinero se dedica antes a causas políticas que artísticas.
P: ¿Y no te reclaman para proyectos desde Kiev o no quieres dejarte reclamar?
R: En Kiev no entienden lo que hago aquí. Allí hay muchos más teatros profesionales y más hábito en el público de asistir, como aquí los partidos del Barça. Es una necesidad creada dentro de ti, yo no puedo vivir una semana sin ir al teatro. Muchos amigos míos me preguntan qué hago aquí y yo les digo…vivo.
Cosmonauta BURZACOV- Comisario de la misión y guardián de la Doctrina
Nacido en el Bilbao, abandona la biología por el violín y para convertirse en algo más que músico amateur se sumerge en la Siberia de principios de los noventa durante 6 años de viajes intermitentes por un pueblo que considera enormemente acogedor y amable. Siguiendo el camino inverso al comandante, huye de la memoria genética española para cruzar los Urales y adentrarse en la realidad de las cartillas de racionamiento al tiempo que vive el nacimiento de la mafia rusa y la caída de la URSS. Años después regresa a Barcelona y se une a la misión cosmonáutica como comisario violinista y desde entonces vela por el cumplimiento de la Doctrina.
P: ¿Cual es concretamente la misión de comisario político?
R: Conserva la disciplina y se asegura del cumplimiento de la Doctrina. Aparte de eso toco un violín eléctrico de 5 cuerdas.
P: ¿Cuales son los principios fundamentales de la Doctrina?
R: El punto clave es la libertad, de todo tipo y el respeto a la libertad ajena. Nos fundamentamos en el respeto por la vida y por el mundo, esa pelotita azul minúscula. Insistimos además en la condición de pequeñitos de los seres humanos, sobre todo vistos desde fuera. Todos somos iguales o peores, y todos estamos en la pelotita.
P: ¿En qué punto se encuentra ahora la misión?
R: Como sabrás tuvimos serios problemas para pagar la factura de la luz de la MIR, cosa que no conseguimos. Luego continuamos teniendo problemas con el suministro eléctrico de la nave nodriza pero ya hemos encontrado un buen sistema, ahora utilizamos al público como base energética de la nave. Es un sistema simbiótico, ellos nos dan energía y nosotros se la devolvemos transformada.
P: ¿Y llega la toda la energía para satisfacer a nave y público?
R: Lo cierto es que aumentamos la cantidad de energía. Lo hacemos en base a la fórmula de Einstein, energía igual a masa por la velocidad de la luz al cuadrado, nosotros aumentamos la masa, ya que la velocidad de la luz es constante y así incrementamos la energía.
P: ¿Tenéis pensado continuar expandiendo la misión cosmonáutica?
R: A ver, ya estamos en expansión; desde el Big Bang, el universo está en constante expansión. Si además nos llaman de otras atmósferas, pues nos expandimos hacia donde quieran.
P: ¿Qué respuesta generáis los cosmonautas?
R: Alguna. No dejamos a nadie indiferente y eso es lo importante.
Preguntas coyunturales
P: ¿Qué se siente al alcanzar la velocidad de la luz?
Yuri: Se siente que somos luz…que somos tan volátiles y tan insignificantes como los cuerpos y tan significantes como las almas.
Pedro: Lo cierto es que es pura abstracción porque a esa velocidad la dualidad onda-corpúsculo desaparece y eres pura energía. Es otro estado de la materia, te conviertes en un orgasmo con personalidad.
P: ¿Después de tanto tiempo en la misión no os cansáis de hacer siempre pipí en bolsas de plástico?
Yuri: No, no.
Pedro: No hay problema, siempre que las micciones sean privadas.
P: ¿Cómo laváis la ropa en la nave, con lavadoras a pilas?
Pedro: ¿Lavar la ropa? Qué va, simplemente hay confianza. En el vacío las bacterias no sobreviven así que no puede oler mal.
P: ¿Cuál es el secreto para teletransportarse?
Yuri: No es ningún secreto. Cuando nacemos todos sabemos hacerlo pero la sociedad o nosotros mismos hacemos tanto esfuerzo para olvidarlo que al final lo conseguimos. Así que simplemente es cuestión de retroceder hacia tu estado puro.
P: ¿Qué opinión os merecen las drogas psiquedélicas?
Yuri: La droga es una sustancia necesaria para el ser humano. Cada uno tiene las suyas, para unos es leer, para otros el café. Son llaves para abrir puertas. Las drogas son necesarias tanto psicodélicas, como psiquedélicas. Son llaves, pero hay que saber utilizarlas.
Pedro: La mayor droga es la música, no tiene parangón con ninguna, además no tiene efectos secundarios salvo la sordera si la escuchas demasiado alta. Las drogas actuales son un pobre derivado que no consigue acercarse a los efectos de la música.
P: Haceos una pregunta y auto-contestaosla.
Yuri: ¿Cómo estás? Cada día mejor. Así siempre consigues arrancar una sonrisa.
Pedro: ¿Por qué soy cosmonauta? Porque es una gran forma de sentirme realizado.
1 Comments:
Perica estou mal de pasta no móbil, mañá mañán vou ao taller antes, así q non sei a que hora darei estado por aló. Xa te avisarei.
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